Artículo de Juan Carlos Cubeiro, experto en management, liderazgo y transformación del talento.“Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Esta famosa frase de Arquímedes de Siracusa, pronunciada en el siglo III a. C., ejemplifica la ley de la palanca, según la cual es posible mover, siempre que tengamos el punto de apoyo adecuado, objetos muy pesados con una fuerza relativamente pequeña. En griego, φάλαγξ, -γγος, es “garrote”. Se da la circunstancia de que Arquímedes, matemático y físico, es también el padre del concepto de Talento” a partir de τάλαντον, el plato de la balanza, lo que pesa. Si te preguntara cuál es la principal palanca para movilizar una organización como la tuya, ¿qué responderías?Yo lo tengo clave: el LIDERAZGO. Básicamente, porque se ha demostrado que es la clave más importante de atracción, fidelización y desarrollo del talento, del clima laboral, de la transformación cultural, del nivel de compromiso de los profesionales y por tanto de los ingresos y de la rentabilidad de la empresa. Liderazgo, entendido como el talento para influir decisivamente en los demás desde la credibilidad, la autoridad moral y el ejemplo. Liderazgo que va más allá del cargo, porque con la autoridad formal (ser jefe) obtienes obediencia y sumisión. El liderazgo te proporciona ser un equipo, excelencia en la calidad de servicio al cliente e innovación, ventajas imbatibles.Estando de acuerdo con que el liderazgo es la principal palanca de éxito empresarial, la mayor parte de las compañías y de sus directivos no suelen pasar de las buenas palabras a la acción real. Eso, desgraciadamente, provoca cinismo: mucho hablar de propósito y valores, de delegación y empoderamiento, de equipo y bienestar, y lo más habitual es fuga de talento, desánimo y quemazón (burnout).Recordemos el pensamiento de otro insigne físico y matemático, Lord Kelvin (1824-1907): “Lo que está definido, no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, siempre se degrada”. El liderazgo no es una excepción.Afortunadamente, disponemos de herramientas para medir el liderazgo de forma eficaz en 360 grados (opinión del jefe, de los pares, de los colaboradores). De las distintas herramientas de valoración, la que considero más valiosa es i4 NeuroleaderTM 360°, porque se centra en las tres dimensiones:- Pensamiento adaptativo, para responder eficazmente al cambio.- Pensamiento crítico, para integrar soluciones innovadoras, incluso disruptivas, en los sistemas ya existentes.- Aprendizaje continuo, para seguir avanzando.El Liderazgo del segundo cuarto del siglo XXI, necesita de retroalimentación sobre las cuatro metacompetencias esenciales: • Rendimiento: Mejorar la efectividad personal y organizacional.• Innovación: Generar valor a través de un pensamiento poco convencional.• Colaboración: Construir relaciones impactantes y equipos diversos.• Agilidad: Adaptarse al cambio con resiliencia.para una organización RICA en talento.Estas competencias están alineadas con cuatro pilares fundamentales, puesto que el Liderazgo actual ha de ser:• Integrador: Equilibrar mente, cerebro, cuerpo y espíritu.• Inspirador: Motivar a otros hacia visiones compartidas.• Imaginativo: Resolver problemas complejos con creatividad.• Intuitivo: Combinar instinto y datos para decisiones estratégicas.Sólo a partir de una medición así, es factible un proceso de coaching para el desarrollo del liderazgo precisamente aprovechando las mayores oportunidades de mejora.Imagínate que en el deporte de alta competición, en el fútbol por ejemplo, compiten dos equipos. Uno no dispone de datos del desempeño de sus jugadores en absoluto y no cuenta con entrenador. El otro utiliza decenas de analistas de datos y disfruta de uno de los mejores entrenadores de la competición.La lucha sería muy desigual. En un mundo globalizado y muy competitivo, lo mismo ocurre con las empresas aragonesas y españolas sin medición y desarrollo del liderazgo, compitiendo con rivales del resto del mundo que miden y desarrollan eficazmente el liderazgo de sus directivos, comenzando por el primer ejecutivo. Es como luchar con un brazo atado a la espalda. Es el momento de desatarse y competir en buena lid.
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